EL 5 DE MAYO, un Sukhoi Superjet operado por Aeroflot, la aerolínea de bandera de Rusia, estalló en llamas mientras intentaba un aterrizaje de emergencia en el aeropuerto Sheremetyevo de Moscú. Las imágenes de CCTV muestran que el avión realiza un aterrizaje forzoso, rebota quizás 20 pies en el aire y vuelve a caer con fuerza suficiente para romper el tren de aterrizaje y prender fuego a los tanques de combustible. Al menos 41 de los 78 pasajeros y tripulantes murieron.
Se sabe muy poco en esta etapa temprana para hacer evaluaciones informadas de la causa del accidente. Algunos sobrevivientes han afirmado que el avión fue alcanzado por un rayo poco después del despegue. Eso debería haber sido un evento anodino aunque desconcertante. El avión comercial promedio será alcanzado por un rayo una vez al año. Casi nunca surgen complicaciones porque los fuselajes modernos están diseñados para conducir corrientes eléctricas de forma segura a través de sus superficies exteriores. Si, como algunos han sugerido, el rayo causó daños a los componentes eléctricos internos del Superjet, será necesario formular preguntas sobre el diseño de la aeronave. Del mismo modo, los investigadores deberán saber por qué los pilotos intentaron un aterrizaje de emergencia sin descargar combustible primero para reducir el riesgo de daños si el queroseno se encendiera.
La Unión Soviética tuvo un tórrido historial de seguridad aérea, pero durante la última década las aerolíneas rusas, y en particular la estatal Aeroflot, se han alineado con los estándares globales. Aeroflot está incluida en el registro de Auditoría de Seguridad Operacional de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, un organismo de comercio internacional que certifica a las aerolíneas con los más altos estándares medibles de cualquier organización mundial reconocida. Los accidentes aéreos siguen siendo más comunes en Rusia que en muchos otros países, pero sus pilotos tienen que lidiar con uno de los climas más extremos del planeta.
Y así, la atención se ha centrado en Sukhoi, el fabricante de aviones estatal ruso que fabrica el Superjet. El avión no sufre los problemas de muchos aviones de pasajeros de la era soviética. Ha sufrido solo otro accidente fatal, en 2012, cuando un vuelo de demostración en Indonesia se estrelló, matando a 45 personas, debido a un error del piloto. El avión ha perdido el favor de los transportistas durante el año pasado, no tanto por errores de diseño, sino por problemas relacionados, en particular, con el mantenimiento del motor. Estos problemas han sido costosos para ciertas aerolíneas, ya que la falla de Sukhoi en desarrollar una red de mantenimiento global ha resultado en una escasez de repuestos. Este factor por sí solo ha sido desalentador para las aerolíneas. Cityjet de Irlanda, Brussels Airlines y Adria Airways de Eslovenia ya se han deshecho de la nave. Después del último accidente, Yamal Airlines de Rusia canceló su compra planificada de 10 Superjets. Incluso si los investigadores exoneran a Sukhoi de cualquier culpa por el accidente, es poco probable que el fabricante de aviones convenza a nuevas aerolíneas para que vuelen el avión.