Todavía no se vislumbra el final de la crisis del 737 MAX de Boeing

LAS ÚLTIMAS cifras de pedidos y entregas de BOEING, reveladas el 9 de julio, dieron lugar a una lectura sombría. La compañía entregó solo 239 aviones comerciales en la primera mitad del año, un 37% menos que en el mismo período de 2018. Y no tuvo ningún pedido nuevo en el segundo trimestre para su avión 737 MAX, del que genera alrededor de un tercio de sus ingresos y utilidades.

La noticia no sorprende, dado que el 737 MAX fue puesto a tierra en marzo por los reguladores de seguridad de todo el mundo después de dos accidentes en solo cinco meses que mataron a 346 personas. Esto ha afectado a Boeing en el bolsillo, ya que solo se le paga por los aviones cuando se entregan, y las aerolíneas se niegan a tomar aviones MAX hasta que se les permita volar nuevamente.

Además, los transportistas están perdiendo la confianza en que los problemas de la aeronave se solucionarán pronto. En mayo, Boeing reveló una solución para los problemas de software que contribuyeron a esos accidentes, pero están surgiendo más problemas. A finales de junio surgió un nuevo problema con los microprocesadores del avión, que tardará meses en solucionarse. Y el 5 de julio, los reguladores de aviación europeos revelaron otra nueva falla de software. La Administración Federal de Aviación, el regulador de seguridad de Estados Unidos, no quiere desconectar el MAX hasta que los reguladores de otros países lo hagan. Como resultado, las aerolíneas ya están cancelando más vuelos este otoño.

El rumor entre los ejecutivos de las aerolíneas es que es posible que el MAX no vuelva a volar este año. Y su paciencia con Boeing está empezando a agotarse. El 8 de julio, flyadeal, una aerolínea de bajo costo de Arabia Saudita, se convirtió en la primera aerolínea en cancelar un pedido de 737 MAX (había solicitado 30) a favor del A320neo de la competencia de Airbus. Puede ser el primero de muchos más.

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