A LOS DÍAS de ponerse a la venta, Flybe, una atribulada aerolínea regional con sede en Gran Bretaña, ha atraído el interés de las dos aerolíneas más grandes del país. Sus ejecutivos esperan una guerra de ofertas entre International Airlines Group (IAG), que es la empresa matriz de British Airways (BA), la aerolínea de bandera británica, y Virgin Atlantic, su principal rival. Las acciones de Flybe han subido de valor debido a la disputa. Pero sólo una de las ofertas sería buena para el público viajero.
IAG ya controla más del 54% de las franjas horarias de despegue y aterrizaje en Londres Heathrow, el aeropuerto más grande de Gran Bretaña. En cambio, la segunda mayor aerolínea de Heathrow, Virgin Atlantic, tiene una cuota de mercado inferior al 5%. Para los viajeros con base en Londres que sólo vuelan distancias cortas, existe una competencia significativa en los cielos por parte de las aerolíneas de bajo costo. Pero para los viajeros habituales de negocios (que exigen múltiples vuelos diarios, acceso a salas VIP y un buen plan de viajero frecuente) sólo hay un aeropuerto atractivo en Londres, y sólo una aerolínea atractiva en ese aeropuerto: BA.
No se puede culpar a la aerolínea de bandera británica por heredar su estatus privilegiado. Pero se puede culpar a los reguladores por permitir que la aerolínea explote esto. En los últimos años, la aerolínea ha sido acusada de reducir los niveles de servicio. Se redujeron las franquicias de equipaje, el espacio para las piernas y los refrigerios a bordo. Este año BA empezó a cobrar a los pasajeros por sentarse uno al lado del otro. Las tácticas se justifican por una supuesta necesidad de competir con las compañías aéreas de bajo coste y de corta distancia. Sin embargo, la frugalidad se extiende a las rutas de larga distancia en las que hay pocos competidores directos. Las críticas constantes a BA en las redes sociales y en la prensa nacional logran poco. Sus clientes siguen regresando porque no tienen otras alternativas en muchas de esas rutas.
Si se permite a BA comprar Flybe, este monopolio se extenderá a otras partes de Gran Bretaña. Actualmente, Heathrow tiene un atractivo limitado para quienes viven en las Midlands y el Norte. Tanto BA como Virgin Atlantic intentarían cambiar esta situación conectando la red de Flybe a sus centros de Heathrow. Pero a diferencia de BA, Virgin Atlantic también opera vuelos de larga distancia desde otras ciudades británicas como Manchester y Glasgow. El fortalecimiento de estos centros secundarios debilitará el control del mercado de Heathrow y, por tanto, de BA. Las altísimas ganancias de BA en medio de la caída de los estándares de servicio muestran que la aerolínea de bandera tiene una ventaja inexpugnable sobre sus competidores. Una alianza entre Flybe y Virgin podría ser el primer paso para competir por su dinero.