Los conservadores dominan la asamblea constituyente de Chile esta vez
Tel péndulo de la política chilena ha dado un gran giro en poco tiempo. En octubre de 2019, millones salieron a las calles para exigir mejor educación, salud y pensiones. Para sofocar la protesta, los políticos ofrecieron reescribir la constitución del país, adoptada en 1980 bajo Augusto Pinochet, un dictador militar. Los activistas de izquierda obtuvieron la mayor cantidad de escaños en una convención convocada en 2021 para redactar la nueva carta. Más tarde ese año, los chilenos votaron a Gabriel Boric, un exlíder estudiantil de izquierda, como presidente.
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Luego vino el columpio. En 2022, el 62% de los chilenos rechazó la carta que había redactado la convención. Los índices de aprobación de Boric cayeron. Y el 7 de mayo, los partidos conservadores ganaron la mayor parte de los escaños en una nueva convención encargada de producir otro borrador de constitución.
El borrador del año pasado fue ampliamente visto como demasiado izquierdista: liberalizaba el aborto, diluía los derechos de propiedad y otorgaba a los sindicatos un derecho de huelga casi ilimitado. Sin embargo, la mayoría de los chilenos siguió exigiendo una nueva constitución, por lo que se persuadió al Congreso para que solicitara la nueva convención. Para evitar excesos, los legisladores idearon un conjunto de reglas que no se pueden modificar, como el respeto a la propiedad privada y un Congreso bicameral. A pesar de todo eso, los intransigentes volvieron a derrotar a los moderados, pero esta vez desde el otro flanco. Un borrador final se someterá a votación nacional en diciembre.
El Partido Republicano fue el mayor ganador, con 23 de los 51 escaños de la asamblea. El partido fue fundado en 2019 por José Antonio Kast, un católico conservador que fue derrotado en la presidencia por Boric en 2021. Otros conservadores obtuvieron otros 11 escaños. Una coalición alineada con Boric tomó solo 16.
Kast ha hablado con admiración de Pinochet. Sus puntos de vista se han vuelto populares en medio de preocupaciones sobre el crimen y la migración. Sin embargo, el mayor peligro para su partido puede no ser que haga demasiado en la convención, sino demasiado poco. En repetidas ocasiones ha dicho que no cree que Chile necesite una nueva constitución. Lanzó candidatos para la votación del domingo solo cuando sintió que el péndulo se movía en su dirección. Después de la votación, Boric dijo que “el proceso anterior… fracasó… porque no supimos escucharnos unos a otros”, y pidió al Partido Republicano “que no cometiera el mismo error que nosotros”.