WDEPÓSITOS DE AGUA en España suelen estar llenos al 63% a mediados de julio. Este año, los niveles se sitúan en apenas el 46%. En casi uno de cada cinco francés departamentos, los propietarios tienen prohibido llenar sus piscinas. Después de un invierno cálido y muy poca lluvia, el continente se está secando una vez más. En marzo, Emmanuel Macron, presidente de Francia, lanzó un plan nacional de crisis del agua, que tiene como objetivo reducir el consumo y aumentar el reciclaje de agua. En abril, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España, mencionó el agua como uno de los problemas más críticos que enfrenta su país.
En muchos de estos lugares la escasez se ve agravada por las filtraciones. Los países miden esto utilizando diferentes métodos, lo que dificulta la recopilación y comparación de datos. EurEau, un grupo paraguas de proveedores de agua en Europa, mide el agua no contabilizada como indicador indirecto (esto incluye fugas pero también usos como extinción de incendios y limpieza de calles). Según este estándar, una media del 25 % del agua de Europa se pierde por fugas cada año, lo que equivale a miles de piscinas olímpicas (ver gráfico).
En Gran Bretaña, las tuberías con fugas se destacaron por una crisis financiera que afectó a Thames Water, la compañía de agua más grande del país, que abastecía al sureste. Thames Water pierde por fugas casi el 25% del agua que suministra (debido a problemas como tuberías viejas y cambios repentinos de temperatura). El promedio del país se encuentra solo marginalmente por debajo, en 23%. Eso es el equivalente al agua contenida en más de medio millón de piscinas olímpicas cada año.
Italia es el peor infractor de la región por volumen, perdiendo más de tres veces más agua que Gran Bretaña (y el 41% de toda su agua corriente). Irlanda y Bulgaria pierden más del 50% de su suministro.
La red de tuberías de agua de Europa es enorme y se extiende a lo largo de 4,3 millones de kilómetros (aproximadamente 11 veces la distancia entre la Tierra y la Luna). Puede ser difícil localizar el origen de las fugas, especialmente en las zonas rurales. Algunas empresas están recurriendo a tecnología avanzada para repararlos. Los sistemas acústicos y los sensores inteligentes pueden medir el flujo y la presión para identificar problemas casi en tiempo real. Las cámaras termográficas montadas en drones pueden identificar fugas subterráneas.
Las compañías de agua han invertido poco en el mantenimiento de rutina durante mucho tiempo; partes de la red europea de tuberías de agua tienen más de 50 años. Algunos gobiernos ahora están implementando planes de agua a largo plazo con la esperanza de igualar el éxito de Dinamarca, Alemania y los Países Bajos, que pierden menos del 10% de su suministro. La desventaja para los consumidores es que esto probablemente generará facturas de agua más altas: los tres países tienen algunas de las tarifas más altas de Europa.