¿Dónde comenzaron a difundirse las ideas de despertar?

“Tequipo de america: policia mundial”, una comedia de marionetas, se burla de la vanidad estadounidense. El tema musical se jacta de las cosas que el país ha creado: McDonald’s, el NFL y rock and roll; también, menos plausiblemente, la libertad, la Navidad y los libros. El nuevo trabajo de David Rozado de Te Pukenga, el Instituto de Habilidades y Tecnología de Nueva Zelanda, sugiere algo más que los estadounidenses no inventaron: el fenómeno del “despertar”.

El término se refiere a una constelación suelta de ideas que han cambiado la forma en que la gente educada y de tendencia izquierdista ve el mundo. Dice que todas las disparidades entre grupos raciales son prueba de racismo estructural; que las normas de libertad de expresión, individualismo y universalismo son un camuflaje para la discriminación; y esa injusticia persistirá hasta que se desmantelen los sistemas de privilegio. La sabiduría convencional dice que las ideas del despertar comenzaron en los departamentos de ciencias sociales de las universidades estadounidenses, migraron a los periódicos del país y se extendieron a otros lugares.

Esta fue siempre una historia parcial. Los padrinos de las ideas despertadas, incluidos Michel Foucault y Jacques Derrida, filósofos que argumentaron que todas las relaciones sociales tenían que ver realmente con el poder, tenían su sede principalmente en Francia. El nuevo artículo de Rozado va más allá. Analiza 98 millones de artículos de noticias, rastreando palabras como “transfóbico”, “racista” y “sexista”. El fenómeno, al parecer, no comenzó en Estados Unidos (ver gráfico). De hecho, países como Australia, Canadá y Suecia encabezaron la carga.

¿Por qué Estados Unidos se quedó atrás? Tal vez el prejuicio genuino empeoró repentinamente fuera de Estados Unidos, aunque esto parece poco probable. Otra posibilidad se relaciona con la economía. La recuperación de Estados Unidos de la crisis financiera global de 2007-09 fue más rápida que en otros lugares. La ira contra el sistema puede haber sido más aguda en otros lugares. Una tercera posibilidad se refiere a la política. Históricamente, Estados Unidos ha sido menos receptivo a las ideas de izquierda. Tal vez no sea sorprendente que las ideas despiertas tardaran más en afianzarse.

Los investigadores tendrán problemas con la metodología: es difícil cuantificar rigurosamente algo tan resbaladizo como el despertar. No obstante, el fenómeno es sin duda global. Dondequiera que vayas, es difícil escapar de los guerreros de la justicia social. La policía mundial, de hecho.

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